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Márquez El Zapatero: larga vida, maestro

Decimoprimer capítulo de EL LOCO DEL FLAMENCO: serie audiovisual de Manuel Bohórquez. Una carta personal y animada charla con el veterano cantaor Márquez El Zapatero (Villanueva del Ariscal, Sevilla, 1930), que a sus 91 años sigue siendo un templo de compás y sabiduría flamenca.

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Querido Márquez:

 

Corría 1977 y participaba usted en un concurso de cante organizado por la Peña Flamenca Cerro del Águila, de Sevilla, en el que tomaron parte otros cantaores de renombre como Rufo de Santiponce y el Brujo de Huelva. Yo también estaba, maestro, porque quería ser cantaor. Lo pasé tan mal que nunca más volví a intentarlo. Recuerdo que se acercó a mí para decirme que no se podía cantar con tal estado de nervios. Usted lo llamó “temblaera”. Y recuerdo también que me animó a ser crítico de flamenco, porque destacó mis “conocimientos”. Le hice caso, señor Márquez, y llevo ya cuarenta años ejerciendo tan complicada profesión.

 

Aquel encuentro cambió de alguna manera mi vida y me sirvió también para comenzar una buena amistad con usted, que ya era un maestro del mejor cante. Siempre ha sido para mí una referencia en el cante y fuera de este arte, por su pureza, honestidad y sabiduría. Nunca me importó que no fuera una figura de la talla de Antonio Mairena, Fosforito o Juan el Lebrijano, porque me interesaba su actitud ante el arte, con su humildad y buen talante. Antes que cantaor, usted era aficionado, uno de los mejores que he conocido.

 

 

«Es usted un maestro en el más amplio sentido de la palabra. Maestro no es solo el que enseña, sino el que crea y conserva un arte para que aprendan las nuevas generaciones. Es un ejemplo, maestro Márquez, para decenas y decenas de intérpretes del cante»

 

 

La historia no solo tiene un sitio reservado para las estrellas del cante, sino también para cantaores de su corte. Por eso han quedado en la historia modestos intérpretes como Ramón el Ollero, el Niño de Cabra, el Platero de Alcalá o Curro Mairena. Se ha ganado el cariño, el respeto y el reconocimiento de miles aficionados en todo el mundo, en vida, y cuando ya no esté con nosotros, porque nadie es eterno, será mucho más grande todavía.

 

En este arte nadie regala nada, señor Márquez. Lo que ha logrado ha sido a base de esfuerzo, afición y buen talante, de ahí que le queramos tanto todos los aficionados a este difícil arte. Es usted un maestro en el más amplio sentido de la palabra. Maestro no es solo el que enseña, sino el que crea y conserva un arte para que aprendan las nuevas generaciones. Es un ejemplo, maestro Márquez, para decenas y decenas de intérpretes del cante, jóvenes y menos jóvenes, y no abundan las referencias fiables en este arte.

 

Dios le dé larga vida, maestro, y no olvide nunca, el tiempo que vaya a vivir, que es para mí mucho más que un amigo. Es un artista al que siempre he admirado sin fisuras, con lealtad y respeto. Sirva este homenaje, sencillo pero sincero, para demostrarle mi admiración y cariño.

 

 

→  Ver aquí las otras entregas de la serie El Loco del Flamenco, de Manuel Bohórquez.

 

 

 

Márquez el Zapatero, durante su entrevista con Manuel Bohórquez en las Bodegas Silva de Villanueva del Ariscal, Sevilla. Foto: perezventana

 

 


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Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

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