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‘El Arte del Flamenco’, en su 60º aniversario

Hace seis décadas, cuando la bibliografía del flamenco aún estaba en pañales, dos libros seminales fueron publicados por dos individuos bien distintos. El conocido 'Mundo y Formas del Cante Flamenco', de Antonio Mairena y Ricardo Molina, y 'El arte del flamenco', de Don Pohren.

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Hace seis décadas, cuando la bibliografía del flamenco aún estaba en pañales, dos libros seminales fueron publicados por dos individuos bien distintos. El conocido Mundo y Formas del Cante Flamenco, del cantaor Antonio Mairena con el poeta y escritor Ricardo Molina, se publicó en 1963. Apoyado por la reciente concesión a Mairena de la Llave de Oro del Cante, el libro abrió una época ahora conocida, con cierta pomposidad irónica, como el neo jondismo, sugiriendo que los autores quizás atribuyeron al flamenco una supuesta autenticidad y orígenes seudo místicos, con el gitanismo siempre a mano para llenar cualquier hueco.

 

Meses antes de que saliera aquel libro, ahora polémico, el guitarrista y flamencófilo norteamericano Don(n) Pohren publicó El Arte del Flamenco, de fácil lectura a la vez que riguroso, el primero de este tipo en inglés.

 

Mientras que la obra de Mairena/Molina ha sido en tiempos actuales el objeto de duras críticas, la de Pohren sigue siendo una contribución creíble a la comprensión de este complejo género. Publicado en julio de 1962, se ha traducido al español, francés y japonés, y se ha reeditado cinco veces en inglés.  Curiosamente, está incluido en la bibliografía de Mundo y Formas de Mairena/Molina, y a Pohren le valió el reconocimiento de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces de Jerez de la Frontera.

 

El libro ha tenido efectos dramáticos y duraderos en el flamenco como se entiende fuera de España. La visión idealizada del flamenco rústico y casero como la sola manifestación verdadera del género ahora provoca risitas entre los aficionados jóvenes, aunque aquel concepto de algo genuino todavía tiene su atractivo y es relevante para muchos, los llamados “puristas”, que rechazan el flamenco experimental o vanguardista.

 

 

«La de Don Pohren sigue siendo una contribución creíble a la comprensión de este complejo género. Publicado en julio de 1962, se ha traducido al español, francés y japonés, y se ha reeditado cinco veces en inglés»

 

 

Fue, en gran parte, aquella atracción la que inspiró a muchos no españoles, especialmente los estadounidenses, a realizar el peregrinaje a Morón de la Frontera para respirar el mismo aire que el guitarrista Diego del Gastor, cuyo trabajo fue promocionado por Pohren y formó parte de la experiencia Morón en la Finca Espartero donde Don ofreció alojamiento además de clases de flamenco y fiestas para aquellos que podían costear el atractivo paquete.

 

Lejos del género sofisticado y profesionalizado que hoy es, el flamenco en aquella época se relacionaba principalmente con individuos marginados, y fue poco habitual que hubiera un extranjero buscando un tipo de flamenco más auténtico.

 

En ese momento, muchos jóvenes anhelaban una identidad más relevante que la que encontraban en los centros comerciales o los fast-food, y gente no española se dirigía a Morón como los Beatles que viajaban a la India en 1968 para encontrar a su gurú. Una revolución cultural estaba en proceso, y las circunstancias del momento colocaron a Don Pohren en el lugar indicado para el papel que llegaría a desempeñar. Después de topar con la legendaria Carmen Amaya mientras estaba de vacaciones en México en el año 1947, el joven viajó a España pocos años más tarde sin billete de regreso. Pohren “descubrió” a Diego del Gastor en uno de los primeros festivales del Potaje en Utrera, y un año después escribió El Arte del Flamenco, que tan elocuentemente alabó el pueblo y sus figuras locales, que colocó a Morón en el mapa flamenco para muchos aficionados no españoles.

 

El libro contiene un surtido acertado de datos, desde descripciones fundamentales de las varias formas del flamenco y apuntes biográficos de los intérpretes más famosos, a capítulos acerca del cante, baile, guitarra, declamación e información asociada como observaciones culturales o anécdotas entrañables.

 

Con El Arte del Flamenco, Don Pohren se convirtió en el puente flamenco del siglo XX entre España y Estados Unidos. En la primera edición, escribió lo siguiente:

 

Una escasez de información ha conducido a la aceptación generalizada, tanto dentro como fuera de España, de un tipo de flamenco comercial y cutre, sólo remotamente similar al auténtico. Tengo la esperanza de que El Arte del Flamenco contribuya a corregir esta situación.

 

Sesenta años después de que se escribieran esas palabras, el debate entre los seguidores del flamenco tradicional y el flamenco vanguardista no muestra señales de amainar.

 

Imagen superior: Don Pohren. Foto: Estela Zatania

 

 

 

 


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Jerezana de adopción. Cantaora, guitarrista, bailaora y escritora. Flamenca por los cuatro costados. Sus artículos han sido publicados en numerosas revistas especializadas y es conferenciante bilingüe en Europa, Estados Unidos y Canadá.

1 COMMENT
  • Manuel Serrano González 20 mayo, 2022

    Soy aficionao al flamenco y pienso que lo mismo que no se altera una obra de arte, milenaria tampoco debíamos prestar atención al “flamenco fusión” Y todas esas zarandajas. Flamenco es y seguirá siendo una obra de arte del pueblo Andaluz. Por favor no pretendamos acompañar una Soleá con una Balalaika.

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